El control de temperatura es una parte de la formación adecuada del producto. Si la temperatura está por encima o por debajo del rango ideal necesario para una etapa específica de un proceso de fabricación, los resultados pueden ser perjudiciales: recubrimientos mal adheridos, material de base debilitado o un componente comprometido en general, por lo que cada vez es más importante no solo determinar la temperatura adecuada para cada etapa, sino también controlar la temperatura dentro de la máquina y recibir la retroalimentación correcta.

De acuerdo con las leyes de seguridad alimentaria, todos los productos alimentarios deben conservarse a las temperaturas designadas si se consideran seguros para el consumo humano. Mantenerlos a temperaturas demasiado bajas los hace incomibles y las temperaturas demasiado altas podrían estimular el crecimiento de bacterias, por lo que es fundamental supervisar la temperatura. Esto se aplica a las zonas de almacenamiento, como frigoríficos o congeladores, y también a las zonas de preparación y cocción, como hornos, en el taller, por lo que es esencial controlar la temperatura en cada paso del proceso.

Esta solución lo ayudará a:

  • Evitar el desarrollo de bacterias durante la etapa de procesamiento, lo que elimina la posibilidad de enfermedades de origen alimentario y la retirada de productos
  • Evitar la refrigeración, lo que provoca defectos causados por el movimiento de las mordazas de sellado
  • Controlar la temperatura en operaciones de flujo continuo e intermitente
  • Evitar que el material de envasado se pegue a las mordazas de sellado
  • Detener el apagado de la máquina manteniendo la temperatura dentro de los límites
  • Minimizar los residuos debido al sellado inadecuado
  • Formar una barrera contra los factores ambientales
  • Permitir la producción consistente de paquetes
  • Tener un impacto directo en la resistencia de la junta